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¿Tienes bote salvavidas…? Pues hazte un seguro de Vida


Cuando le preguntaron al Dalai Lama qué le sorprendía de la Humanidad contestó esto: “Lo que más me sorprende del hombre occidental es que pierden la salud para ganar dinero, después pierden el dinero para recuperar la salud. Y por pensar ansiosamente en el futuro no disfrutan el presente, por lo que no viven ni el presente ni el futuro. Y viven como si no tuviesen que morir, y mueren como si nunca hubieran vivido”.

Vivir tranquilos supone plantearnos algunas dudas sobre nuestra existencia y nuestra forma de actuar. Cuando terminas los estudios buscas el primer empleo. Los años te dan experiencia, estabilidad laboral e independencia. Entonces asumes tus propias responsabilidades: formas una familia y compras una casa, dos de los compromisos más importantes que adquirimos durante nuestra vida.

Llega un momento en que te preguntas si necesitas contratar un seguro de Vida. Tu hogar está hipotecado, tus hijos quieren ir a la universidad y nadie vive eternamente…

Tu bote salvavidas

Para que te hagas una idea de su importancia, en 2013 indemnizó a 55.000 familias por 1.740.000 millones de euros. Y en el caso de los ahorradores, según Unespa, 9 de cada 10 con un Seguro de Vida no tienen por qué preocuparse por los vaivenes de los mercados: su rentabilidad está garantizada.

Si ya te planteas contratar esta póliza, debes escoger entre dos opciones: Ahorro o Riesgo. Uno es para proteger a tu familia en el caso de que faltes y el otro para garantizar tu bienestar económico a una determinada fecha. Pueden combinarse ambas modalidades. Estaríamos frente a un seguro de Vida Mixto.

En la salud y en la enfermedad

Los seguros de Vida pueden proteger en caso de invalidez o enfermedad grave. Hay ocasiones en que podemos abandonar el trabajo por invalidez (absoluta o total). Otras veces, surge una enfermedad grave. En ambos casos, estos seguros pueden garantizar rentas o anticipos de capital.

Sin embargo, su esencia es cuidar la vida de los hijos y del cónyuge aliviando las consecuencias económicas que supone el fallecimiento de la persona que más ingresos aporta a la familia. En estas circunstancias, los beneficiarios perciben una indemnización o renta.

Dicen que cuando uno está a punto de morir, repasa la historia de su vida. Nadie se arrepiente por haber fracasado cuando intentaba cumplir sus sueños. Lo que duele es no haberlo intentado. Es verdad… todos estamos de paso.

Aprovecha tu tiempo, disfruta tu existencia al ciento por ciento, calcula sus riesgos y protege tu economía con un buen seguro de Vida.

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