Diego lleva toda la semana ajustando gastos para permitirse el lujo de esquiar el sábado. Cuando empieza la temporada se desata su pasión por la nieve, al igual que ocurre con los 5 millones de personas que descendieron por las pistas de esquí españolas la temporada pasada.
Según un estudio elaborado por Intermundial, durante la temporada 2013 – 2014 el 53% de las incidencias en las pistas de esquí se produjeron por enfermedad o accidente. Una repatriación dentro del país cuesta unos 2.000 euros y 6.000, o más, en el extranjero. Los gastos los asume el propio esquiador.
“Pasaporte al paraíso”
Diego comenzó a esquiar hace 5 años cuando conoció a Idoya y desde el primer día, ambos contrataron lo que llaman el “pasaporte al paraíso”: su seguro de esquí. Y consideran importante, que en caso de accidente estén bien protegidos incluyendo en su seguro coberturas como la Responsabilidad Civil, rescate en pista, asistencia médica y gastos médicos.
Una vez Diego chocó con otra persona. Afortunadamente no ocurrió nada pero algunos accidentes pueden traducirse en grandes cantidades de dinero. Unas cifras elevadas que no siempre es posible afrontar. Diego sabe que la práctica de este deporte puede suponer no sólo un peligro para la propia persona, sino también para otras y que el causante del accidente tendrá que hacerse cargo de los gastos que esto le ocasione al tercero.
Idoya quiere asegurar su bienestar si se hace daño, ya que sabe que en caso de accidente en la propia estación, el sistema público sanitario no se hará cargo de los gastos y un seguro privado, posiblemente también esté excluido. En cambio, un seguro de Esquí cubre cualquier percance.
Habitual y ocasional; el esquiador debe protegerse con un seguro, aunque sólo practique un día. Después… a disfrutar del silencio de las cumbres, y del siseo de las tablas cuando se deslizan sobre la nieve.