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Las averías más comunes producidas por despistes del conductor
Muchas de las averías que sufren nuestros coches se deben, simplemente, a despistes del conductor. Aquí tienes algunos descuidos que pueden llegar graves problemas en tu vehículo.

Los despistes de los conductores pueden llegar a generar en ocasiones graves averías en tu coche. Son situaciones excepcionales que además de menoscabar el bolsillo, ya que no las suelen cubrir las pólizas de seguros, nos pueden poner en situaciones de riesgo.
Es cierto que muchos fallos mecánicos son consustanciales e impredecibles, como problemas de fábrica o desgaste en las piezas, pero algunas averías son susceptibles de ser evitadas poniendo un poquito de atención. Observa este decálogo de las negligencias más comunes de los conductores. ¿Cuáles de ellas te son familiares?
Equivocarse al repostar
Aunque las posibilidades de error de repostaje se han acotado, ya que las anchuras de las bocas de los depósitos y las de los boquereles de las mangueras son diferentes en Diesel (más anchas) y gasolina (más estrechas), Race (http://www.race.es/) calcula que cada año más de 72.700 conductores se habrían confundido en la estación de servicio al repostar, litros con los que se podría llenar una piscina olímpica. Pero el problema real no es el dispendio del combustible sino que este despiste puede llegar a dañar la mecánica del coche.
Qué hacer. El único remedio para reparar este error pasa por vaciar el depósito y limpiar minuciosamente el mismo. Pero si se ha iniciado la marcha, además de la extracción, es necesario acudir a un taller para que realicen una limpieza de todos los elementos mecánicos que hayan podido verse afectados, por ejemplo, en el caso de los motores diésel, inyectores, el filtro del gasoil y la bomba de inyección. El coste de la reparación puede ir desde los 400 euros para drenar el tanque, a más de 6.000 euros si el motor no arranca.

Hacer caso omiso a los testigos del coche
El coche habla, y no necesariamente utiliza el lenguaje para comunicarse. El panel de instrumentación indica todo lo que está pasando. Por eso es importante mantenerse alerta, especialmente si comienzan a iluminarse los testigos de aviso (amarillos) y alarma (rojos), síntoma de que está a punto de sufrir una avería. Pasar de estos indicadores es la segunda causa de avería negligente.
Qué hacer. Ante cualquier anomalía o aviso en el panel de instrumentalización, lo primero que hay que hacer es pararse en algún lugar seguro, ver qué significa ese piloto de alerta y, si no está claro, coger el manual de instrucciones para asegurarse (aconsejable llevarlo en el coche). Si no lo puedes solucionar, lo mejor es llamar al seguro.
No pasar las revisiones del coche
Si hay una regla de oro a la hora de cuidar y optimizar la vida útil de un vehículo es pasar las revisiones respetando los plazos previstos por el fabricante. Con el tiempo y los kilómetros rodados algunas piezas o componentes se desgastan y desciende el nivel de líquidos como el aceite del motor, el refrigerante o el gas del circuito de climatización, por lo que necesitan ser restituidos. Aunque esto suponga un reembolso inicial, la prevención evitará averías más grandes que suelen conllevar un coste desorbitado.
Qué hacer. Cada marca determina cada cuánto realizar la revisión del coche, por norma general se suelen fijar cada 10.000 kilómetros a modo de prevención, aunque se suele cambiar filtros y aceites cada 20.000 kilómetros. A los 40.000, además, es aconsejable sustituir el líquido anticongelante, y entre los 80.000 y los 120.000 se suelen cambiar la correa de distribución.
Sin combustible
Eso de apurar al máximo la reserva del depósito o no estar atento al chivato que avisa sobre esta necesidad, solo puede traer una consecuencia: quedarse tirado en carretera. Esto puede conllevar la consiguiente multa y no porque el Código de circulación sancione de forma explícita la falta de combustible, sino por las maniobras que, de forma voluntaria o involuntaria, se suelen realizar por este problema (por ejemplo, parar en un lugar no habilitado al efecto y poner en peligro la circulación del resto de usuarios, conducir distraído mientras que se pone el vehículo fuera de peligro o no señalar de la forma adecuada a los demás usuarios la existencia de un obstáculo en la vía).
Qué hacer. Lo primero es estacionar el vehículo en un lugar seguro y que no moleste. Después, como las pólizas de seguros no suelen cubrir este tipo de incidencias, tendrás que ir tú mismo a por combustible a la estación de servicio más próxima. Habrá que llevarlo en un recipiente homologado por la Ley de Transporte de Mercancías Peligrosas que se puede obtener en la misma gasolinera, so pena de recibir una abultada multa de hasta 4.000 euros. Una vez solucionado el problema, conviene acudir a un taller para revisar el sistema de encendido y alimentación del motor por si hubiera sufrido por las impurezas acumuladas en el fondo del depósito al haber apurado demasiado, especialmente en los coches de gasoil.

Dónde están las llaves del coche
Cerrar el coche y dejarse las llaves dentro es uno de los despistes más comunes entre los conductores. Según el Racc (https://www.racc.es/), 11.000 conductores al año se dejan las llaves dentro del coche. Ante este imprevisto, lo ideal es llevar una copia a mano, ¿utopía o realidad?
Qué hacer. Lo más eficiente es llamar al seguro, si tu póliza incluye asistencia en viaje. Te ofrecerán la posibilidad de enviar una grúa para dejarlo en un lugar adecuado hasta que consigas el segundo juego de llaves y lo puedas abrir. Si no cuentas con un segundo juego o este no incluye las mismas opciones que el original, puedes solicitar un duplicado, que puede costar una media de 150 euros en el concesionario. Algunas ferreterías y cerrajerías tienen máquinas que pueden descifrar los códigos y sale un poco más barato.
Falta de líquido refrigerante en el coche
El líquido refrigerante es la sangre de nuestro coche, por eso es vital que tenga la calidad necesaria para que mantenga el motor a la temperatura correcta, que se sitúa en torno a los 90ºC. Por eso es muy importante que contenga propiedades anticongelantes que lo preserve del frío en invierno y que no le afecte tampoco las altas temperaturas del verano. Además, este líquido protege el motor de la corrosión y de las formaciones calcáreas. Si el refrigerante no tiene las propiedades necesarias, podrías poner en riesgo la vida del motor.
Qué hacer. En general, y aunque depende del fabricante, este líquido hay que cambiarlo cada dos años o 40.000 kilómetros. Pero es necesario realizar controles periódicos del nivel porque, aunque el circuito por el que se distribuye es hermético, puede haber alguna fuga que haga que el coche se quede sin este líquido y acabe quemando el motor. En este caso lo mejor es acudir a un taller.
Dejar las luces encendidas
Ya sean las externas, internas o la del maletero. Dejarse las luces encendidas del coche es uno de los despistes más comunes que lleva aparejado la descarga de la batería.
Qué hacer. Si a la batería aún le queda un remanente de electricidad, podemos empujar nuestro coche para arrancarlo y conducir unos 20 minutos para que se vuelva a recargar. Otra opción es la de recargar la batería de nuestro coche con el apoyo de otro, utilizando las pinzas. Existen también unos cargadores de batería portátil, aunque necesitarás un enchufe para ello. Por último, si ves que no hay manera de hacerla funcionar, quizás su vida útil haya finalizado y tengas que cambiarla. Muchos seguros incluyen esta opción y van con una batería nueva donde lo necesites, por unos 100 euros de media, aunque depende de la cilindrada del coche.
Dejarse puertas o ventanillas abiertas
Si te roban el coche o algún objeto de su interior por negligencia tuya, la compañía de seguros se lavará las manos. Al no utilizar la fuerza, no se considera ni hurto ni robo.
Qué hacer. Aquí la única solución pasa por prevenir. Es decir, cerrar siempre el coche y llevarte las llaves. Si es demasiado tarde ya solo te queda denunciar.