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El dilema del huevo: ¿cuál es la diferencia entre el blanco y el marrón?
Debido a creencias populares, se venden más huevos marrones que blancos.

Existen un sinfín de mitos alimenticios que afectan no solamente la salud de las personas, sino también los patrones de consumo y de mercado. El dilema sobre los beneficios nutricionales del huevo según su color sirve de ejemplo. ¿Realmente importa el color de los huevos importa? En verdad, no.
Estudios demuestran que no hay diferencia en cuanto a su valor nutricional; los huevos marrones contienen más ácidos grasos de Omega 3, pero la diferencia es casi imperceptible. El color de los huevos está determinado, en realidad, por los genes.
Las gallinas rojas con plumas blancas y lóbulo blanco producen huevos blancos; las gallinas con plumaje marrón oscuro y lóbulo rojizo producen huevos marrones.
Los huevos marrones suelen costar más que los blancos, pero no porque sean más saludables. Se trata de un mito popularizado en la población y se debe, en gran parte, a su precio en los supermercados. La gente suele asociar que algo que cuesta más tiene una mejor calidad y, aunque a veces se cumple, éste no es el caso. La razón recae en el coste de vida de estos animales. Las gallinas rojizas usualmente comen más que las blancas, por lo que cuesta más criarlas y sus huevos son más costosos.
Pero, entonces, ¿por qué se mantiene la producción de huevos marrones si las gallinas son más caras de mantener? Oferta y demanda. Como la gente cree que son mejores, pues se venden más.