“Las casas se hacen de ladrillos, los hogares de momentos. El hogar de cada uno tiene nombre y apellido y está lleno de rincones, historias, ideas, manías y recuerdos…”
“El lugar donde uno va cuando oscurece. Un rinconcito de cielo aquí en la tierra”.
“Siempre pensé que era la casa donde uno había crecido, pero ahora tengo claro que el hogar son todos aquellos lugares donde uno se siente cómodo y donde es feliz”.
Pensaba darte media docena de razones para asegurar tu hogar pero creo que estas respuestas de Rafael, Butterfly o Piti, que he encontrado en Google, son más convincentes que mis explicaciones.
¿Por qué aseguras tu casa?
Ante todo, para estar tranquilo. El refrán al mal tiempo buena cara, cobra aquí sentido. Un buen seguro de hogar sirve para solucionar casi todos los accidentes solo con levantar el teléfono. Podría convertirse en un “Todo Incluido” si ajustas las coberturas de la póliza a tus necesidades y circunstancias; desde encargarse de los daños de los objetos que hayas declarado, hasta cubrir la reconstrucción de la vivienda en caso de incendio. Roturas, robos dentro y fuera de la casa, los daños que pueden provocar tus hijos o mascotas a terceros, cerrajería, daños estéticos y en el mobiliario… incluso la defensa jurídica de aquellos problemas legales relacionados con el hogar.
Pero el verdadero drama son los accidentes graves que pueden suponer perderlo todo, tu casa, tu ropa, tus libros, tus recuerdos… ¿y ahora qué? Después de todos los esfuerzos para hacer realidad el sueño de tener casa propia, bien vale la pena proteger lo que tanto te costó tener.
Recuerda que 1 de cada 3 españoles usó su seguro de Hogar el año pasado y esto ha supuesto un coste de las reparaciones y reconstrucciones de mil trescientos quince millones de euros (1.315.000.000 de euros).
Las ventajas de un buen seguro se basan en recuperar el valor de los bienes afectados y el sosiego de que un evento perjudicial no modifique tu calidad de vida.