“En vendimia la jornada es continua, de sol a sol, y en invierno es más relajado de horas, pero hay que podar con frío o con lluvia. Por desgracia, cada vez son más frecuentes los sinsabores del campo, pues dependemos del clima cada vez más cambiante”.
Tormentas de granizo, lluvias de 35 litros por metro cuadrado en media hora, plagas como el mildiu o la filoxera… Son inclemencias que han asolado el campo durante este verano. La naturaleza conoce trucos suficientes para “arruinar antes y mejor al viticultor”. Afortunadamente existen soluciones para evitarlo.
Los seguros del viñedo son la única opción que te permite garantizar los ingresos que hubieras percibido de tu cosecha. Sin embargo, la mitad de las personas que se dedican a la agricultura en España aún no los contratan.
Ventajas
Cubren las producciones preservándolas de los daños que puedan producirse: heladas, granizo, sequía, riesgos excepcionales (incendio, lluvia torrencial…), plagas…
Protegen las plantaciones de la posible muerte de la cepa o de las pérdidas de cosecha de un año para otro.
Y pagan indemnizaciones por los daños ocasionados en las instalaciones. Se incluyen los elementos de riego (cabezales, red de regadío) y sistemas de conducción de las vides (espalderas)…
Lo mejor, es que se puede asegurar cualquier explotación. España dispone de uno de los sistemas de seguros agrarios más eficiente del mundo. Permite mantener las rentas de los agricultores y garantiza la seguridad de la explotación.
“Madrugo bastante para cuando salga el sol tener todo preparado para vendimiar. Y suelo llegar a casa justo para descansar. El campo no entiende de horas”.
No dejes tus ingresos en manos del cielo…