Cuenta la leyenda que su origen en España se encuentra en los pescadores de Galicia. El mar traicionero siempre se ha cobrado vidas entre los navegantes con graves consecuencias financieras y emocionales en su entorno. Como no podían dominar las tormentas, las cofradías crearon un fondo para ayudar a las familias de las personas fallecidas.
Cierto o no, está confirmado que el Seguro de Decesos nació de un gesto de solidaridad espontánea de las personas que se unieron para afrontar las consecuencias económicas de las desgracias.
Se trata de un acto de amor hacia las personas que queremos para aliviarles desembolsos económicos y muchos trámites en momentos difíciles.
El día del adiós
Esta póliza resuelve las gestiones y los gastos de un entierro: ataúd, incineración, transporte, flores, tanatorio… Y puede prestar otras coberturas que muchas personas desconocemos como atención psicológica o un servicio legal que se ocupa de los papeleos (tramitación de certificados de defunción e, incluso, gestión de pensiones de viudedad y testamento).
Decesos es uno de los seguros más apreciados por nuestra sociedad a pesar de que no es obligatorio. Más de la mitad de la población española (el 57%) tiene contratada una de estas pólizas.
Hay quien se pregunta qué ocurre si sobra dinero de la indemnización pactada. En estos casos las aseguradoras lo devuelven, pero, consúltanos, porque hay que reclamarlo.
“Por desgracia, recientemente tuve que utilizar el Seguro de Decesos contratado por mí padre. Dentro de las circunstancias, todo me pareció muy correcto: la atención, los detalles, la formalidad, el servicio, me resultó todo excelente. No tengo ninguna queja, hasta tuvieron detalles que no esperábamos. Muchas gracias por acompañarnos en un momento tan difícil.”