La organizadora del Mobile World Congress había contratado un seguro de cancelación por importe de 120 millones de euros que incluía todo, incluso amenazas, actos terroristas y actuaciones tumultuarias y, por supuesto, “fuerza mayor”. Costó 500.000 euros, pero no incluía pandemia (como el coronavirus), un extra con precio inferior a 30.000 euros.
Una primera estimación calcula que la organización deberá devolver 170 millones en alquileres de espacios, reclamaciones por gastos de los expositores (diseño de stands, azafatas, hoteles, viajes…) y devolución de entradas.