Esta respuesta aparentemente inocente esconde riesgos que muchos desconocen, convirtiéndose en una puerta abierta para los ciberdelincuentes.
Los estafadores han encontrado formas ingeniosas de utilizar nuestra voz en su beneficio. Pueden grabar ese «sí» y usarlo para:
Autorizar transacciones financieras fraudulentas.
Firmar contratos en tu nombre sin tu consentimiento.
Al responder “sí”, los estafadores pueden afirmar que has confirmado ciertos datos personales para cometer robo de identidad o fraude.
Graban tu “sí” y lo utilizan como prueba de que has aceptado comprar productos o servicios sin tu autorización.
Crear grabaciones falsificadas que te involucren en situaciones legales comprometedoras.
Para protegerte ten en cuenta estos consejos:
Utiliza otras fórmulas para responder a llamadas de números desconocidos (“¿Diga?”, “Hola”).
Verifica siempre la identidad del interlocutor.
No proporciones información personal por teléfono.
Ante cualquier duda, consulta.
Hasta la palabra más simple puede ser un arma en manos equivocadas. La precaución es nuestra mejor defensa contra estas amenazas ocultas.
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