Ropa, calzado, libros, actividades extraescolares… Nos queda por delante un otoño con dolor de garganta y oído; un invierno de toses, resfriados y bronquitis; y una primavera con sinusitis e infecciones de vías urinarias y piel. Es que los niños son tan activos que lo cogen todo y tan generosos que comparten las enfermedades con la familia. Según las estadísticas, 1 de cada 4 menores debería acudir al psicólogo para aliviar los efectos post-COVID: ansiedad, estrés, depresiones. Después de año y medio han cambiado sus vidas. Han sido meses de muchas redes sociales y poco contacto físico. También volveremos al dentista para comprobar que sus dentaduras evolucionan tan favorablemente como sus calificaciones académicas.
Vuelta a la rutina
Si aún no lo tienes, es momento de buscarte un buen seguro de Salud. Podrás escoger el centro y los especialistas, sin listas de espera en diagnósticos, tratamientos de última generación y prevención con chequeos periódicos. Es complementario a la Sanidad Pública. Y además de tener cobertura nacional, pueden tener también internacional (muy útil para los estudiantes de Erasmus o Leonardo).
Quizás seas mamá este año
“Lo mejor de tener un seguro privado durante el embarazo es la ecografía mensual con tu ginecólogo de confianza. Lo normal, si no tienes seguro, es tener 4 ecografías en todo el embarazo; sin embargo, nosotros hemos tenido en total 10 y eso da muchísima tranquilidad. Además, el horario es más flexible y gracias a eso, mi pareja pudo venir a todas las ecografías”. (Noelia, 35 años).
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